Así luce hoy el niño rescatado de aldea en Nigeria hace tres años

En enero de 2016, el mundo fue testigo de una conmovedora historia que tocó los corazones de todos. En una aldea de Nigeria, se encontró a un niño africano deambulando, solo y abandonado por sus padres, quienes creían que el niño era un brujo, una creencia común en algunas partes de África.

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Este pequeño tenía tan solo dos años cuando quedó huérfano y fue abandonado a su suerte, sobreviviendo a duras penas alimentándose de los restos de comida que encontraba en la basura. Su estado de desnutrición era extremo cuando una mujer danesa, Anja Ringgren Loven, fundadora de la "Fundación para la Educación y el Desarrollo de los Niños de África", lo encontró y le brindó una segunda oportunidad.

Anja Ringgren Loven lo acogió como a un hijo y le proporcionó todos los cuidados que necesitaba. Como el niño no tenía un nombre, ella lo bautizó como "Hope" (que significa esperanza en inglés), y a partir de ese momento, comenzó a experimentar una sorprendente recuperación.

"Hope" enfrentaba varios problemas de salud debido a la falta de atención médica desde su nacimiento. Fue sometido a cirugías y recibió tratamiento médico para combatir la desnutrición. Además, ahora cuenta con un audífono que le permite oír con normalidad.

El niño continuó con su tratamiento y, gracias al amor y el cuidado de su madre adoptiva y sus nuevos 71 hermanos en la fundación, pudo forjar una vida muy diferente a la que le esperaba inicialmente.

Hoy en día, "Hope" se ha recuperado por completo y lleva una vida de niño normal. Asiste a clases y disfruta compartiendo con otros niños de su edad. A punto de cumplir seis años, ha descubierto su pasión por el fútbol.


Este es el impactante progreso de "Hope," un ejemplo de resiliencia y amor que nos recuerda el poder de la esperanza y la bondad en el mundo.